domingo, 23 de octubre de 2011

Padres-Hijos

En la infancia, los padres pueden generar con sus hijos una estrecha relación en la que los pequeños por efecto de la admiración intentan imitarlos de todas las maneras posibles. Pero cuando llegan a la adolescencia, las cosas cambian diametralmente.

Una de las características de esta etapa es la necesidad que experimentan los jóvenes por diferenciarse de su padre y de su madre. Ya no soportan como antes las muestras de afecto y muestran gustos opuestos, tanto en forma de vestir o el modo de comportarse e incluso de hablar.

Es importante que sus padres entiendan que los hijos adolescentes necesitan forjar su propia personalidad, buscar la pertenencia a un grupo de amigos de referencia, con los mismos gustos e intereses, y dejar de ser los pequeños del hogar para emprender el viaje hacía la adultez.

Sin dejar de ponerles límites ni exigirles un respeto necesario, los padres deben evitar ir constantemente al choque con ellos por esta actitud o por sus elecciones. Se los puede acompañar en el proceso adolescente y dejarles en claro que el amor paterno filial estará siempre.

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