viernes, 28 de octubre de 2011

Herraduras

Es una realidad que cada uno de nosotros cada vez que pensamos en una herradura o encontramos una, pensemos de inmediato en la buena suerte, Esto se debe a que la superstición nos dice que si encontramos en nuestro camino una herradura, debemos pedir un deseo y luego arrojarla detrás de nosotros, sin mirar donde cae para que la suerte nos acompañe.
Pero también, es muy interesante saber que las herraduras, además de ser elementos de la buena suerte, tienen más de una aplicación esotérica y mágica, ya que son capaces de transmitir distintas señales y responder cualquier tipo de pregunta.
La costumbre de poner una herradura en la puerta de entrada de nuestro hogar se la debemos a los rumanos, éstos la colocaban en el marco de la puerta para gozar de buena suerte y para que todo en el hogar se desarrolle armoniosamente. También los rumanos tenían como costumbre arrojar herraduras al aire para obtener señales reveladoras del destino.
La historia cuenta también, que la difusión del uso de la herradura se la debemos a los griegos, quienes a comienzos del siglo VI crearon un oráculo con ellas. Por otro lado, también la superstición nos dice que para augurar un proyecto, un viaje, una relación, es importante utilizar herraduras viejas ya que son más confiables que las nuevas, porque se dice que las herraduras más viejas poseen más poder para comunicar las señales del destino porque han recorrido mucho mundo y han tenido un mayor contacto con él.
Debe considerarse que las herraduras de mayor poder, que llevaban la ventaja en el don de augurar son las que, además de ser las más viejas, hayan sido usadas o encontradas en las encrucijadas. Éstas tenían la capacidad de responder todo cuanto se les preguntarse, eran consideradas como señales de los dioses y brindaban muy buena suerte.

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